Escribe: Luis F. Sotres
El miedo a la guerra nuclear se ha reducido notablemente en nuestro siglo, pero no ha desaparecido y otros horrores globales han subido a la consciencia colectiva. En un momento de recrudecimiento de la guerra fría surge Threads, una suerte de documental que narra los efectos del cataclismo nuclear anclado en los habitantes de Sheffield, ciudad industrial en el centro de Inglaterra. Debo advertir que ésta es una película particularmente deprimente y aterrorizante, que debe verse en el estado mental adecuado.
La dirección de Threads es detallada y pesada, una marcha inexorable al peor de los escenarios. Los hilos de la trama se enredan en varios personajes, poniendo énfasis en su cotidianidad y creando un espacio deliberado con la geopolítica que lleva a la explosión. Tras la tragedia, Mick Jackson continúa el mismo estilo, la película da una explicación de todos los efectos de un invierno nuclear y la eventual descomposición de la sociedad humana, lo cual le da un aire muy pedagógico al metraje. Es notable que Threads muestra una disciplina de no caer en el morbo excesivo, no es visceral a menos que sea absolutamente necesario; creo que esto también ayuda a la atmósfera depresiva y mantiene un tipo de limpieza clínica.
Ese estilo pedagógico es lo más destacable del largometraje. Threads te obliga a sentarte a presenciar todo el potencial destructivo de la humanidad y lidiar con sus consecuencias a nivel personal, ambiental y político y el cambio irreversible que haría a nuestra especie. Personalmente, esta película fue horripilante porque me hizo pensar en todos los momentos de crisis internacional que he vivido a menos de 30 años de vida. Las crisis epidémicas, económicas, ambientales y geopolíticas del siglo XXI han obligado a nuestra generación a tener el fin siempre en nuestro horizonte, a ser meros espectadores a merced de actores globales sin un ápice de empatía. ¿Qué podemos hacer en nuestras pequeñas vidas?
La película tiene una conclusión muy anglosajona: “El hombre es el lobo del hombre” y la sociedad se revertirá a una humanidad de carroñeros. No estoy de acuerdo. La oscuridad de las circunstancias generalmente hace relucir la luz dentro de las personas. Termino esta reseña seguro de las virtudes de nuestra especie, a pesar de nuestros vicios.